Quería esgrimir un argumento a favor de la música clásica. Reivindicar la atemporalidad de una disciplina sublime que no pierde lustre. Pero terminó por generar la enésima polémica tuitera sobre la superioridad intelectual de este género con respecto a los registros urbanos. Bueno, a uno en concreto: el reguetón.
A su paso este domingo por el espacio A mi yo adolescente (RTVE), el pianista y autor James Rhodes (Instrumental. Memorias de música, medicina y locura; Fugas) hizo la siguiente intervención, destinada a una audiencia de jóvenes: “Hay una razón que tiene lógica sobre por qué escuchamos, después de 200 ó 300 años, a Bach, Chopin, Beethoven. ¿Vamos a escuchar a Bad Bunny en dos siglos? Pues no, ni de coña. Pero seguramente vamos a hablar de Beethoven, y hay una razón para ello. Y no quiero decir que, de ninguna manera, Beethoven sea más meritorio que Leiva o Rosalía. [...] Explicadme, por favor, lo del reguetón y Bad Bunny. No estoy diciendo que sea una mierda, pero literalmente no entiendo la popularidad de este tipo de música”.