La vida de la pianista y compositora austríaca Mathilde Kralik von Meyrswalden bien podría valer para un biopic de alguna famosa plataforma de streaming. Su posición social acomodada le sirvió para componer por placer y no por necesidad. Además, fue la regente de un salón musical de conocido prestigio en el que todos los domingos se llevaban a cabo sesiones matinales para el público vienés. Esta creadora, que ha resultado prácticamente invisible para la musicología actual, presenta en su catálogo más de 250 obras, siendo la mayoría de ellas vocales y destinadas a la Sociedad Coral de Mujeres de Viena. Gracias a novedades como la presente grabación de Hänssler Classic podemos descubrir su breve incursión en la música instrumental.