A pesar de que estas tres sonatas están disponibles y cualquier intérprete puede acceder a ellas, no es frecuente escucharlas en las salas de concierto. De hecho, la obertura de este álbum contiene la primera grabación de la Sonata para violín en Si bemol Mayor de Elfrida Andrée, la cual desvela un plano desconocido, aunque interesante, del catálogo de la compositora y organista sueca.